Estimular el pensamiento abstracto en la infancia a través del juego y el lenguaje.
El pensamiento abstracto es la capacidad de conceptualizar ideas, relaciones y patrones que no están directamente ligados a experiencias concretas, lo cual permite a los niños y las niñas a imaginar, pensar, crear hipótesis y plantear diferentes soluciones más allá de lo formal y evidente.
Trabajar y fomentarlo desde edades tempranas estimula de una manera increíble la autonomía intelectual, la resolución creativa de problemas, el razonamiento relacional y fortifica la comprensión de conceptos matemáticos, científicos y éticos.
Podemos llevar a cabo acciones como: juegos imaginativos, adivinanzas, trabajos de categorización, analogías, secuencias auditivas, rimas, trabalenguas, planteamiento de situaciones hipotéticas, memoria auditiva, atención focalizada y ritmos musicales estimulan funciones superiores del lenguaje como la comprensión, la expresión, la memoria, la atención y la articulación.
Además, este enfoque aplicado a los niños y niñas demuestra cómo partir de experiencias sensoriales y concretas se facilita el paso a conceptos abstractos, consolidando así el razonamiento lógico y la comprensión profunda.
Desde esta perspectiva, el juego simbólico contribuye a la formación de multitud de conceptos abstractos internos, desvinculados del objeto real, fomentando la imaginación. Multitud de estudios en ciencia cognitiva confirman que el lenguaje, la atención, la memoria y el razonamiento están estrechamente vinculados, y que trabajar globalmente estos aspectos mejoran significativamente todas las capacidades mentales.
Efectuar de forma constante estas actividades lúdicas y cognitivas en contextos educativos o familiares crea un entorno único y estimulante que beneficia el desarrollo integral de las funciones superiores del lenguaje y consolida el pensamiento abstracto de manera efectiva.
Desde ICCE os recomendamos el libro Estimulación del pensamiento abstracto de Isabel Domínguez Torrejón. Descubre actitvidades orientadas a la estimulación del pensamiento abstracto y a la agilización de los procesos intelectuales para alcanzar un desarrollo adecuado de las funciones superiores del lenguaje.
